«Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre» (
2 S. 9:7).
¡Qué bien acogido sería este «No tengas temor» pronunciado por el rey para este tembloroso y atemorizado príncipe Mefi-bóset! ¡Qué cosa más inesperada! ¡Qué sorpresa para él, y qué diferente de lo que realmente esperaba!