Aquel atardecer del primer día de la primera semana de resurrección fue para siempre memorable. Los corazones de los discípulos estaban llenos de temor y asombro ante las cosas que habían sucedido.
Fortalecidos. Esta palabra nos recuerda que seguimos estando en el lugar de debilidad, de trabajo y de lucha; y sugiere suficiencia para toda nuestra necesidad. Fortalecidos con todo poder.
La fe debería ser progresiva. Pablo encomió a los tesalonicenses porque su fe crecía sobremanera. La fe no puede más que crecer cuando hay un creciente conocimiento de Dios y de la plenitud y fidelidad de su Palabra.
No hay nada nuevo ni extraño en los actos inconscientes. Hay muchas cosas en la vida que hacemos muy inconscientemente, por la misma fuerza del hábito.
Así como Aarón es un tipo de Cristo, del mismo modo sus hijos representan a todos los que han nacido de Dios. Todos los hijos de Dios son sacerdotes, aunque no todos viven en conformidad a sus privilegios sacerdotales.
En comparación con «la justicia de Dios», por naturaleza «no hay justo, ni aún uno». El hombre verdaderamente justo es aquel cuyas iniquidades han sido perdonadas, cuya naturaleza moral ha sido «enderezada», y que ahora vive la vida recta.
Lugar de testimonio. Con letras griegas, latinas y hebreas se escribieron sobre Él estas palabras: ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. Aunque escritas y leídas con burla y desdén, estas palabras eran absolutamente ciertas.
La definición de la santidad. En un sentido, es indefinible. George Goodman observa: No hay palabras que puedan describir la santidad, porque es conocida solo por los que se dan a Dios