Bosquejos biblicos para predicar el evangelio. Un bosquejo biblico contiene toda la estructura de una predicacion. Bosquejos para predicar por temas y libros de la Biblia.
La religión de algunos es como la piel del camaleón que cambia de color conforme a los matices de las circunstancias. Bosquejo Bíblico para predicar de 2 Reyes 17:33
Tan pronto como entramos en comunión con Dios, nos es preciso ser equipados para la lucha de la fe. Todos los que están en el Reino del amado Hijo de Dios tienen las fuerzas del reinado de Satanás contra ellos
En los versículos de Marcos 1:21-34 tenemos un breve registro de lo que debe haber sido un día muy ocupado en la vida del Señor, y un día de gran bendición para los que estaban con Él.
El amor de la comodidad y del placer, el temor del hombre y de las mujeres, la soberbia del corazón y el deseo de alabanza. ¡Despierta! ¡Y suéltate! Da el paso a la libertad de los hijos de Dios. Bosquejo para predicar.
La diferencia entre el fuego falso y el verdadero es real. El falso es hecho por uno mismo. «Vosotros que encendéis fuego.» El verdadero es de lo alto.
¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de Mí? (Éx.10:3). EL Faraón, al igual que muchos en nuestros tiempos, se resistió constantemente al llamamiento de Dios.
Plaga tras plaga había sido anunciada, y plaga tras plaga había venido, pero la plaga del pecado en el corazón humano sigue endureciéndolo en resistencia en contra de las advertencias claras de los juicios de Dios.
Giezi… había puesto el báculo sobre el rostro del niño; pero no tenía voz ni sentido. El báculo era el del profeta Eliseo, y era indudablemente un buen báculo, bien idóneo para cumplir la misión de un báculo, pero impotente para dar vida a un muerto.
En la solitaria isla de Patmos vivía un ermitaño. Cuando le preguntaron por qué vivía en tal soledad, contestó: –Algún día tendré que encontrarme con Dios. Me estoy preparando para aquel día.
Es posible que uno carezca de sabiduría. Esto se sugiere en las palabras: «Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría.» ¡Qué triste carencia! ¡Y a qué enredos nos puede llevar esta carencia!
El Sello es el Espíritu Santo, que fue prometido, y ahora ha sido dado. Su presencia en nuestros corazones es la evidencia de nuestra aceptación por parte de Dios